1.
El aire marino
acelera la epidermis
gotas inundan
la ropa se pega al néctar
miel para los mosquitos
La canoa zigzaguea
entre manglares
y el pedestal del paraíso
pierde la ruta
No hay nada como la aventura
oscilante el asombro
que va de un lado al opuesto
y el calor se queda
en la humedad de los cocotales
No hay nada como la planicie
que discurre en el firmamento
y las manos mulatas
abren un solo vórtice
No hay nada como la marisma que se avizora
por el retrovisor
el camino andado deja su huella
las ceibas puntean sus flores
algodón que se confunde con otra nube
que no se toca
2.
Despunta esa vena
en las alturas de su costa
hay en la obsidiana
un brillo que no anuncia la noche
destello que reverbera
hunde su cresta en el ruido de los Altos
manos mulatas trabajan el cacao
la lana y la inmensidad del silencio
se vuelca en el vacío ya conocido
3.
El adiós se mide en horas
hojas que caen y estaciones que llegan
Hay en toda despedida una madeja de dudas
palabras no dichas y la precisión de un tiempo que nunca espera.
[Poema ganador en el Primer Concurso de la Feria de Escritoras Mexicanas 2024 y publicado en FENALEM (2024), Ganadoras del Segundo Concurso Nacional de Poesía. Antología 2024, México: Historia Herencia Mexicana Editorial].